domingo, 8 de noviembre de 2015

Un borrador de hace algunos meses: "Si no sabes a donde vas, cualquier camino sirve"

Abro perezosamente los ojos, aunque realmente no tengo ganas de ello, porque este ha sido un día agotador, lleno de trabajo y momentos en que mi cordura llego casi al punto de romperse, estoy adolorido, el cuerpo me pesa como si mis tejidos y músculos estuvieran hecho de hierro, sin embargo, tengo que despertar, ya que el autobús está cerca de llegar a mi casa. Logro notar, a través de la borrosa y casi nula vista que me ofrece la ventana, que se ha puesto bastante tormentosa la tarde, aparto con la palma de la mano el vaho del vidrio y logro notar las luces de los autos y los postes eléctricos, se me encandilan los ojos y los cierro rápidamente junto a un mueca, giro la vista hacia mi derecha y veo a mi padre dormido, no le presto mucha atención, porque sé que se despertara cuando estemos llegando sin que yo lo haga.


No hay comentarios:

Publicar un comentario